II GUERRA MUNDIAL (1939- 1945)
Los países intervinientes son las 6 grandes potencias
europeas (Gran Bretaña, Francia, Rusia, Austria-Hungría, Italia y
Alemania)
Los países agresores eran Alemania, Japón e Italia, todos
los partidos de Alemania coincidían en que el tratado de Versalles era injusto
e inaceptable. Japón se había convertido en una considerable fuerza militar,
por lo que esto la convertía en una potencia del oriente, la causa inmediata de
la II guerra fue la agresión de las tres potencias por el descontento del
tratado de Versalles. La guerra no había sido pensada como una guerra larga, de
hecho no se contaba con el armamento necesario, Inglaterra en cambio,
consciente de su inferioridad en tierra, invirtió en armamento más costoso y
tecnológicamente más complejo y planeo una guerra a largo plazo, donde ella y
sus aliados superaban la capacidad productiva de sus aliados. En 1941 Hitler
invade la URSS. Alemania poseía y producía muchos aviones y carros de combate
que gran Bretaña, Rusia y EEUU.
En 1943 los ejércitos alemanes fueron contenidos y se vieron
obligados a rendirse en el Stalingrado. La derrota de Alemania solo era
cuestión de tiempo.
Las principales causas de la II guerra se dan por: el
malestar dejado por la Primera Guerra Mundial: Alemania, derrotada albergaba un profundo resentimiento por la
pérdida de grandes áreas geográficas y por las indemnizaciones que debía pagar
en función de las reparaciones de guerra impuestas por el Tratado de Versalles
en 1919. Algunas de esas cláusulas establecidas dentro del tratado firmado por
Alemania fueron:
1.
Pago de indemnizaciones por parte de Alemania a los
Aliados por las pérdidas económicas sufridas por los mismos a causa de la
guerra.
2.
Reducción del ejército alemán
3.
Reducción de la flota Alemana
4.
La gran recesión que se presentó en el mundo entre los
años 20 y 30, que en Alemania, crearon desempleo, caída del nivel de vida de la
clase media, que a su vez abonaron el camino para el surgimiento de las
reivindicaciones alemanas y con ello el impulso al partido Nacional-Socialista
(Nazi).
Italia, una de
las vencedoras, no recibió suficientes concesiones territoriales para compensar
el coste de la guerra ni para ver cumplidas sus ambiciones, no había quedado
muy conforme con la repartición de territorios hecha en virtud del Tratado de
Versalles.
Japón, que se
encontraba también en el bando aliado vencedor, vio frustrado su deseo de
obtener mayores posesiones en Asia oriental.
Al finalizar la guerra lo que se busca es la
Desnazificación, la Desmilitarización, la Descarterización y la
Democratización Se puede dividir esta
contienda en dos fases:
1. desde
1939 a 1941 en donde se desarrolla fundamentalmente en Europa y con dominio de
las potencias del eje
2. desde
1942 hasta 1945 la guerra adquiere dimensiones mundiales, con el ingreso de
EE.UU. al conflicto.
3. Hitler
perseguía su sueño en la unificación alemana y unidad aria, en realidad estos
territorios nunca habían pertenecido a Alemania.
Francia e Inglaterra la dos potencias importantes de Europa
veían como Hitler iba ganando terrenos, rompía el Tratado de Versalles, pues se
había rearmado e iniciaba su expansión territorial: Los primeros avances
alemanes fueron aceptados por algunas potencias porque entendían que el Tratado
de Versalles había sido muy duro con Alemania y era justo que este país
recuperara algo de los territorios perdidos. Por otro lado Hitler luchaba
contra el comunismo por lo que les servía como una barrera contra el
expansionismo soviético.
Hitler tiene dos puntos que defender (oriental y occidental)
y por lo tanto firma un pacto de no agresión con Rusia (Stalin), y se reparte
algunos territorios de Polonia. Rusia recupera territorios que pertenecían al
antiguo imperio zarista. El pacto de no-agresión entre Alemania y la Unión
Soviética, ocurrido el 23 de agosto de 1939 sorprendió al mundo, pues 2
potencias de ideología contrarias y enemigas acordaron abstenerse de toda
guerra y de integrar bloques contrarios a una u otra nación.
Hitler consideró que Alemania estaba sufrientemente armada y
bien dirigida por el partido Nazi para emprender la conquista del espacio vital
que necesitaba la nación alemana y hacer frente a una guerra contra las
democracias, es decir, contra Francia y Reino Unido, que se oponían a sus
anexiones en Europa central y oriental y a todo tipo de retribución de
colonias. La alianza alemana con Mussolini y la Italia fascista llevada a cabo
en ocasión de la reciente guerra civil española parecía asegurar al eje
Roma-Berlín una aplastante superioridad sobre Paris y Londres. A comienzos del
verano de 1939, empezaron en Moscú negociaciones en este sentido cuando, contra
toda expectativa, estallo la noticia de que Hitler y Stalin acaban de concluir
un pacto que alineaba a la cuna del consumismo en el campo de las dictaduras
totalitarias. Alemania y Rusia se pusieron de acuerdo para una nueva
participación de Polonia. Francia e Inglaterra anunciaron que se opondrían a
ello con las armas.
Recapitulemos: Como factores que desencadenaron la Segunda
Guerra Mundial se encuentra el primer lugar el enfrentamiento entre ideologías
que amparaban sistemas políticos y económicos opuestos. A diferencia de la
guerra anterior, enmarcada en un solo sistema predominante — el liberalismo
capitalista, común a los dos bandos—, en el segundo conflicto mundial se
enfrentaron tres ideologías contrarias: el liberalismo
democrático, el nazi - fascismo y el comunismo soviético. Estos sistemas
políticos, al ser contrarios entre sí, tenían en común la organización de un
Estado fuerte. El comunismo a su vez se diferenciaba del totalitario, cuyo eje
es el culto a la personalidad de un líder carismático.
En segundo lugar estaban los problemas étnicos que,
presentes desde siglos atrás, se fueron haciendo más graves al llevarse a
efecto las modificaciones fronterizas creadas por el Tratado de Versalles, que
afectaron negativamente sobre todo a Alemania y a Austria —naciones pobladas
por germanos— y redujeron de manera considerable sus territorios. Por otra parte, la insistencia de Hitler por
evitar el cumplimiento del Tratado de Versalles provocó diferentes reacciones
entre los países vencedores: Francia, que temía una nueva agresión de Alemania,
quería evitar a toda costa que resurgiera el poderío bélico de la nación
vecina.
En cambio, el gobierno británico y el de Estados Unidos
subestimaban el peligro que el rearme alemán representaba para la seguridad
colectiva; consideraban que el Tratado de Versalles había sido demasiado
injusto, y veían con simpatía la tendencia anticomunista adoptada por la
Alemania nazi, porque podría significar una barrera capaz de detener el
expansionismo soviético hacia Europa, calificado entonces por las democracias
occidentales como un peligro mayor y mucho más grave que el propio
nazismo.
A causa de ese temor al comunismo, el gobierno británico
adoptó una política de “apaciguamiento” respecto al expansionismo alemán, bajo
la idea de que al hacer concesiones a Hitler podría evitarse una nueva guerra y
se obtendría, además, su colaboración contra el peligro soviético.
En tercer lugar, en la década de los años treinta la
situación del mundo era muy distinta a la de 1914. Aparte de los trastornos
ocasionados por la crisis económica iniciada en Estados Unidos, aún persistían
los efectos devastadores de la Primera Guerra Mundial, que había producido una
enorme transformación en todos los ámbitos de la vida humana y originado
grandes crisis en prácticamente todos los países de la Tierra.
Además, la secuela de tensiones internacionales que ese
conflicto produjo, preparaban el camino para una nueva guerra, no obstante los
intentos de la Sociedad de Naciones por evitarla. Por esta razón, puede decirse
que la Segunda Guerra Mundial se originó directamente de la Primera; de ahí que
ambos conflictos, enlazados por el periodo de entre guerras, constituyan lo que
se considera como la “Segunda Guerra de los Treinta Años” en la historia
moderna de la
humanidad.
Consecuencias de la Segunda Guerra:
En la última fase de la guerra, Estados Unidos y la Unión
Soviética pasan a ejercer el papel predominante, formándose dos bloques
encabezados por ellos. Estados Unidos, que ya desde antes de la guerra era la
primera potencia económica mundial, se consolidó como tal. Europa quedó muy
debilitada del conflicto y estaba arruinada por la guerra. Estados Unidos se
convirtió, además, en la primera potencia militar mundial gracias al esfuerzo
bélico realizado. A partir de entonces asumiría la función de defensor de los
valores de la civilización occidental, sustituyendo a Gran Bretaña en su papel
de gendarme mundial.
La Unión Soviética, a pesar de las grandes pérdidas
materiales y humanas que sufrió por el conflicto, salió muy fortalecida. El
campo socialista se extendió a los países de Europa central y oriental, y la
Unión Soviética se convirtió en su centro dirigente. La Revolución China estaba
en curso y tampoco se haría esperar. Los próximos años mostrarían la intensidad
de dicho enfrentamiento.
Para el conjunto del conflicto de 1939-1945, tanto en Europa
como en Asia, las cifras de pérdidas humanas es impresionante, las mayores que
una guerra haya producido en toda la historia. En total se calculan 55
millones, 25 millones de estos fueron militares y el resto civiles, sin contar
5 millones de judíos asesinados en el Holocausto ocasionado por los Nazis. Pero
esto es sólo una estimación aproximada, las destrucciones de registros civiles
por bombardeos aéreos, la confusión provocada por los traslados de población
–que imposibilita distinguir entre fallecido y desaparecidos- y la pérdida de
parte de la documentación han impedido un mayor acercamiento a la cifra real de
los muertos.
A estas cifras se deben añadir 35 millones de heridos y 3
millones de desaparecidos, así como las víctimas de la sub alimentación que
sufrían de enfermedades como la tuberculosis y el raquitismo. Además, esa
hecatombe demográfica tendría consecuencias a largo plazo; en las pirámides de
edades correspondientes a países como la Unión Soviética, Polonia, Yugoslavia y
Alemania, se puede observar un desequilibrio en los indicadores de edad y sexo,
que representa un notable descenso de la población activa que afectó de manera
inmediata la reconstrucción de esos países. Y años después impactaría sobre el
comportamiento del índice de natalidad.
Al final de la guerra se planteaba en Europa el problema de
las personas desplazadas a causa de las vicisitudes de la guerra. En tanto que
millones de hombres y mujeres vagaban de un punto a otro del Continente, ex
prisioneros de los campos de concentración nazis que trataban de volver a sus
respectivos países, ex colaboracionistas que esperaban escapar a las
represalias y los castigos y, sobre todo, ¡millones de personas que abandonaban
los territorios anexionados por los vencedores. Unos 10 millones de alemanes
sin recursos expulsados de Polonia, de Checoslovaquia o de Hungría, fueron
transportados a una Alemania que había perdido 25% de su territorio, mientras
que cerca de dos millones de checos y eslovacos ocupaban los territorios
abandonados por los alemanes. En Austria apenas si fueron dejados en sus
hogares los descendientes de colonos alemanes.
En la región del Báltico, la suerte más cruel la sufrieron
los letones, estonios y lituanos, quienes, deportados a campos de trabajo
alemanes durante la guerra, al terminar ésta fueron llevados a Rusia al tiempo
que su territorio era ocupado por colonos rusos. Siglos de lentos procesos
demográficos fueron barridos en pocos meses; el mapa desplazamiento de
etnográfico de Europa central y oriental fijado desde la Edad Media fue
radicalmente remodelado.
Pérdidas materiales y
financieras: El panorama de las destrucciones materiales era también
desolador; numerosas viviendas y otras construcciones fueron destruidas. Las
comunicaciones (puertos, ferrocarriles, puentes y viaductos) y las grandes
ciudades sufrieron los daños mayores. Alemania perdió 20% de sus viviendas y
Gran Bretaña 9%, a causa de los bombardeos que afectaron también numerosas
fábricas. En Francia, Italia y Alemania, aparte de ciertos sectores como el de
la siderurgia, las instalaciones industriales habían sufrido menores daños; en
las naciones de tradición industrial lo que impediría la recuperación sería la
falta de materias primas y recursos financieros.
Pero fue en la Europa oriental donde las destrucciones
alcanzaron una mayor magnitud: en la Unión Soviética 17.000 ciudades y 70.000
pueblos fueron arrasados y, en conjunto, este país perdió más de 20% de su
potencial industrial e incalculables daños en la agricultura y la ganadería.
Polonia quedó arruinada, casi no quedaba edificio en pie, había perdido más de
un tercio de su capacidad de producción y se encontraba al borde de la
hambruna. En Yugoslavia, pueblos y campos quedaron destruidos y el país había
perdido aproximadamente 38% de su capacidad productiva. En el aspecto
financiero, los gastos de guerra y las muy pesadas exacciones monetarias
impuestas por los alemanes en los países ocupados, particularmente en Francia,
agravaron el déficit presupuestario y desencadenaron la inflación.
Además, al finalizar la guerra apareció una gran masa de
billetes atesorados durante el conflicto, cuya puesta en circulación constituyó
otro factor inflacionario. Todo esto hacía inevitables las devaluaciones de las
monedas, sobre todo en los países menos desarrollados como Hungría y
Grecia.
Efectos psicológicos
y morales: Aparte de las destrucciones materiales y los desplazamientos de
población, la guerra trajo consigo la ruina psicológica y moral, ocasionada por
varios motivos: la utilización sistemática de la tortura por la Gestapo, la
dominación de dictaduras militares y policíacas, la acentuación de los antagonismos
de clases, la lucha enconada entre colaboracionistas y miembros de la
resistencia. Otro elemento negativo en este sentido fue la creación de hábitos
de violencia y pillaje que trastornaron incluso el orden interno en países que
antes se habían destacado por el respeto a las leyes y a los derechos
individuales. Pero el extremo de la ruina moral y psicológica estaba en los
campos de exterminio nazi, descubierto tras la derrota alemana y la liberación
de las naciones ocupadas. Se trataba de campos de concentración donde se
llevaban a cabo los increíbles programas de exterminio del régimen nazi,
“fábricas de la muerte” en las que se intentó la “solución final del problema
judío” y se eliminaba también a los opositores políticos del nazismo, al tiempo
que se ensayaban experimentos de esterilización y de eliminación de personas
con defectos físicos o retraso mental, con miras a alcanzar la "pureza
étnica” preconizada por las filosofías racistas alemanas. Aparte de la terrible
huella dejada en los supervivientes de los campos de concentración, el
conocimiento de aquellas atrocidades provocó un verdadero trauma moral en la
conciencia humana ante el hecho inexplicable e injustificable de que una
barbarie tal se hubiera podido desarrollar en el mundo civilizado del siglo XX.
Pero la humanidad todavía había de presenciar azorada otra barbarie más cuando,
en el mes de agosto siguiente, las bombas atómicas estadounidenses convirtieron
en un verdadero infierno las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki,
provocando en ambas la muerte instantánea de cerca de 120.000 personas civiles
y dejando una espantosa secuela de radiación nuclear que continuaría cobrando
víctimas mortales por muchos años más.
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